(El Economista, 13-02-2024)   | Mercantil, civil y administrativo

El Banco de España cuestiona el progreso de España en cuanto a su política fiscal acordada con Bruselas. En sus últimas proyecciones, publicadas este martes, el organismo advierte sobre el notable aumento del consumo público en 2023, que alcanzó casi el 4%. Este incremento es mayor incluso que el registrado en 2020 y 2021, años en los que la pandemia exigía un mayor esfuerzo por parte del Estado, y supera con creces lo proyectado por la Comisión Europea para el mismo periodo. El informe destaca que este aumento ha contribuido a un incremento del gasto público total del 7,5%, muy superior al registrado en los dos años anteriores. Esto, según el Banco de España, ejercerá una presión adicional sobre las cuentas públicas en un momento en que las instituciones europeas exigen un ajuste.

A esto se suma el efecto de la prórroga escalonada de las medidas anticrisis decretadas en diciembre pasado sobre el objetivo de déficit. El banco central prevé que esta extensión sumará dos décimas al desequilibrio de 2024, lo que hace que sea poco probable que España cumpla con la exigencia de la Comisión Europea de reducir el déficit por debajo del 3%. Según el informe, se espera un déficit del 3,5% para este año, y no se logrará reducir en los dos años siguientes; para hacerlo, el Gobierno debería reducir el gasto a la mitad.

El Banco de España también anticipa que el Gobierno no logrará controlar el aumento de la deuda pública. Se prevé que cierre el año en el 106,5%, para luego aumentar al 107,2% en 2025 y al 108,4% en 2026. En cuanto al crecimiento económico, se espera una desaceleración en el primer trimestre de 2024 debido a la debilidad del consumo privado y la inversión empresarial. Aunque el Banco de España revisa al alza su pronóstico para el año completo, anticipando un crecimiento del PIB del 1,9%. Se espera que el consumo público tenga un papel importante en este aumento, pero también se señalan otros factores como la recuperación económica en Europa y el mayor despliegue de los fondos europeos.

A pesar de los desafíos, el Banco de España confía en una recuperación del consumo privado y la inversión empresarial en la segunda mitad de 2024. Se espera que el consumo de los hogares se vea impulsado por el aumento de la población, las mejoras en las rentas reales y el dinamismo del empleo y los salarios. Sin embargo, se anticipa que la demanda exterior tendrá una contribución mínima al crecimiento económico.

En cuanto a la inflación, se espera una disminución gradual en los próximos años, con el IPC proyectado en el 2,7% en 2024, el 1,9% en 2025 y el 1,7% en 2026. Esto se atribuye a factores como la rebaja del IVA de la cesta básica de la compra hasta junio de 2024 y la menor presión en el costo de la energía y los fertilizantes.

En resumen, el Banco de España prevé un panorama económico desafiante para España en los próximos años, con presiones fiscales y desafíos para el crecimiento, pero también señala oportunidades para la recuperación en el segundo semestre de 2024 y más allá. 

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