(El País, 31-01-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El nuevo año arranca con un incremento en la inflación, que vuelve a subir y alcanza el 3% en enero de 2025, lo que supone un aumento de dos décimas en comparación con el cierre de 2024. Este repunte se debe principalmente al encarecimiento de la energía, según informa el Instituto Nacional de Estadística (INE), que este jueves ha publicado el avance del Índice de Precios al Consumo (IPC) correspondiente al primer mes del año. Entre los factores que explican esta subida destacan el aumento en los precios de los carburantes y la electricidad. En contraste, la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles como los alimentos frescos y la energía, se ha reducido hasta el 2,4%, lo que implica un descenso de dos décimas y refleja mejor la tendencia futura de los precios.

Según el INE, la evolución de los precios se debe, principalmente, al encarecimiento de los carburantes en comparación con la caída registrada en enero de 2024. También ha influido el precio de la electricidad, que ha aumentado más de lo que lo hizo en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, algunos productos han experimentado bajadas, especialmente en el sector del ocio y la cultura, cuyos precios han caído en mayor medida que en enero del año pasado.

Los carburantes han mantenido la tendencia alcista con la que cerraron 2024, alcanzando niveles no vistos desde el verano, aunque todavía lejos de los máximos registrados en 2022, en plena crisis inflacionaria. El petróleo Brent, referencia en Europa, ha rondado los 80 euros por barril en enero, lo que ha generado cierta presión al alza, aunque sus variaciones no se trasladan de manera inmediata al precio de los carburantes y se espera que estos se estabilicen.

Por su parte, la electricidad ha experimentado un fuerte incremento, superando los 100 euros por megavatio-hora (MWh) en las últimas semanas, una situación poco común antes de la crisis energética. La subida del precio del gas ha sido uno de los principales factores detrás de este encarecimiento. Además, con el inicio del año, el Gobierno ha retirado las rebajas fiscales a la electricidad que estaban vigentes para mitigar la inflación, lo que ha provocado que la factura de la luz vuelva a estar sujeta al IVA del 21%, tras haber disfrutado de descuentos automáticos cuando los precios en el mercado mayorista alcanzaban determinados niveles.

Desde el 1 de enero también han dejado de aplicarse las reducciones del IVA a los alimentos básicos, que se habían implementado para aliviar la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores. Aunque el INE no menciona específicamente estos productos en su informe, el IVA del pan y las verduras ha regresado a su tasa normal del 4%-tras haber estado en el 0% hasta septiembre y en el 2% desde octubre-, mientras que las pastas y los aceites de semilla han vuelto a ser gravados con el 10%. En contraste, el aceite de oliva ha pasado a formar parte de los productos con un IVA superreducido del 4%.

En términos mensuales, los precios han subido dos décimas, una más que en enero de 2024. A pesar de ello, la situación se va normalizando tras los niveles extraordinarios alcanzados en 2022 como consecuencia de la crisis energética desatada por la invasión de Ucrania. De hecho, el cierre de 2024, con un IPC del 2,8%, reflejó una moderación de más de medio punto respecto a la media del año anterior.

Según Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, el principal factor sorpresa de este mes ha sido el encarecimiento de la electricidad, probablemente debido a la vuelta del IVA habitual, ya que el precio de mercado de la electricidad en enero ha sido ligeramente inferior al de diciembre. También los carburantes han subido, aunque este comportamiento era previsible. En cuanto a la inflación subyacente, se ha comportado según lo esperado, situándose en el 2,4% interanual, lo que confirma una tendencia de desinflación, aunque de manera pausada. No obstante, el alza de los precios energéticos tiene efectos indirectos sobre el resto de productos, lo que ralentiza este proceso. Para este año, se estima que la inflación se mantendrá en torno al 2,4%-2,5%, lo que hará difícil que baje por debajo de estos niveles.

A pesar del repunte de enero, la inflación sigue relativamente cerca del objetivo del 2% establecido por el Banco Central Europeo (BCE). En la zona euro, los precios también han mostrado signos de moderación, situándose en diciembre en el 2,4%. Este escenario hace prever que el BCE lleve a cabo una nueva reducción de tipos de interés este jueves, lo que supondría el cuarto recorte consecutivo y el primero de 2025. También sería la primera medida tomada tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, en un contexto de nuevas amenazas arancelarias. Si se cumple la previsión, el BCE bajará la tasa al 2,75%, situándola por debajo del 3% por primera vez desde principios de 2023. En general, los analistas coinciden en que 2025 será un año de moderación en los precios, aunque el proceso hacia el objetivo del 2% será lento y desafiante.

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