(El País, 25-06-2025) | Laboral
La literatura académica que analiza los efectos del aumento del salario mínimo cuenta ahora con un nuevo estudio centrado en el contexto europeo. Se trata de una investigación detallada elaborada por Eurofound, una agencia tripartita que incluye a gobiernos, organizaciones empresariales y sindicatos de la Unión Europea. El informe, titulado Impacto de los salarios mínimos nacionales en la negociación colectiva y en las retribuciones de los trabajadores con sueldos bajos, presenta dos conclusiones principales.
La primera de ellas indica que, por cada incremento del 1% en el salario mínimo legal, los salarios reales más bajos aumentan en promedio un 0,31%. En el caso de los salarios mínimos establecidos mediante convenios colectivos, la subida es algo inferior, del 0,22%. Como segundo hallazgo, el informe concluye que, a pesar de las preocupaciones expresadas por organizaciones empresariales en varios países europeos, el aumento del salario mínimo legal no debilita el papel de la negociación colectiva.
Esta conclusión se basa en un análisis econométrico de datos salariales correspondientes a los sectores de la alimentación, bebidas y cuidados asistenciales en países como Alemania, Francia, España, Portugal, Rumanía y Eslovenia, durante el periodo de 2006 a 2021. Aunque el estudio se limita a ese intervalo, los autores aseguran que sus conclusiones son válidas también para años posteriores, en los que ha habido incrementos notables del salario mínimo en gran parte de Europa.
El informe señala además que los efectos del aumento del salario mínimo no se limitan a los trabajadores con sueldos más bajos, sino que también alcanzan a empleados con salarios superiores, contribuyendo así a una reducción general de las desigualdades salariales. No obstante, el impacto es más evidente en los tramos salariales inferiores, especialmente cuando las subidas del salario mínimo nominal superan el 15%. En estos casos, los efectos son más perceptibles y estadísticamente más significativos.
En el apartado dedicado a España, el estudio resalta el importante aumento del salario mínimo en 2019, cuando pasó de 736 a 900 euros mensuales en 14 pagas, lo que supuso un incremento del 22%. Ese año se produjo una disminución notable de la desigualdad salarial, la más relevante entre los 27 países de la UE. Desde 2018, el salario mínimo en España ha aumentado un 61%, alcanzando los 1.184 euros brutos mensuales en catorce pagas.
Además, los autores destacan que este incremento no ha tenido un impacto negativo en la creación de empleo. De hecho, en 2018 y 2019 -antes y después de la primera gran subida del SMI- el empleo creció a un ritmo similar, en torno al 3,2%, en un contexto de recuperación iniciado tras la crisis financiera de 2008.
El estudio también menciona investigaciones más avanzadas realizadas en España que no han detectado efectos negativos significativos sobre el empleo debido al aumento del SMI en 2019. Es el caso, por ejemplo, del análisis de la AIReF en 2021 o del economista Luis Cárdenas del Rey. Otros estudios apuntan a efectos negativos muy moderados, como el de la catedrática Sara de la Rica, que estima una pérdida neta de unos 28.000 empleos.
Además del análisis cuantitativo, Eurofound ha llevado a cabo un examen cualitativo sobre cómo influyen las subidas del salario mínimo en las relaciones laborales, especialmente en la negociación colectiva. Aunque algunas patronales -como las alemanas y españolas- han expresado preocupación, el estudio no encuentra pruebas concluyentes de que el aumento del SMI legal reduzca de forma significativa el papel de los convenios colectivos. Tampoco se observan efectos importantes sobre su duración o renovación.
Sin embargo, sí se detecta un cambio indirecto en la estructura salarial recogida en los convenios, reflejado en un mayor uso de complementos y pluses salariales. Estos se utilizan para asegurar que los salarios reales se mantienen por encima del salario mínimo, especialmente cuando el salario base no aumenta con la misma rapidez.
También se señala que, en países donde el salario mínimo representa un porcentaje alto respecto al salario medio, la firma de nuevos convenios colectivos es menos frecuente. Además, el incremento del SMI decretado por el Gobierno tiene más influencia en la renovación de convenios que otros factores, como la inflación o el desempleo.
Aun así, un aumento de la inflación sí tiende a motivar nuevas subidas del salario mínimo. Los autores del estudio recomiendan que, además de tener en cuenta la inflación, tanto los Gobiernos como los agentes sociales consideren también la evolución de los salarios pactados en convenios.
Actualmente, el Ministerio de Trabajo de España está negociando con sindicatos y patronal la implementación de la directiva europea sobre salario mínimo, que debió haberse transpuesto antes de noviembre de 2024. El objetivo es establecer un mecanismo automático para actualizar anualmente el salario mínimo. Sin embargo, esta propuesta ha generado rechazo por parte de los representantes empresariales.