(El Economista, 05-05-2025) | Laboral
Las empresas familiares enfrentan un desafío estructural que podría comprometer su continuidad en los próximos años: únicamente el 70% dispone de un plan de sucesión generacional. Esta falta de previsión plantea un escenario preocupante, en el que muchas de estas compañías podrían verse obligadas a cerrar o traspasar su propiedad debido a la ausencia de un sucesor dentro del núcleo familiar. Así lo revela el informe Relevancia y supervivencia de la empresa familiar. La empresa familiar en España 2025, elaborado por el Instituto de Empresa Familiar (IEF) en colaboración con KPMG y SAP.
Dado que este tipo de empresas constituye el pilar del ecosistema empresarial en España -generando el 70,6% del empleo privado (unos 10,2 millones de puestos) y aportando el 57% del Valor Añadido Bruto del país, valorado en más de 560.000 millones de euros-, se hace evidente la necesidad de establecer estrategias que garanticen su viabilidad a largo plazo.
El estudio clasifica las empresas según su trayectoria en cuatro categorías: emprendedoras, en desarrollo, consolidadas y longevas. En este análisis se observa que una de cada cuatro empresas familiares se encuentra en etapa inicial, con menos de una década de actividad. Además, más del 40% de ellas siguen bajo la dirección de la primera generación, y apenas una de cada tres ha atravesado con éxito un primer proceso de sucesión. Frente a las no familiares, las empresas familiares tienen mayor presencia tanto entre las recién creadas como entre las consolidadas, mientras que las no familiares predominan entre las que están en proceso de crecimiento o que ya tienen una larga trayectoria.
Los datos del informe también evidencian que la tasa de supervivencia de las empresas familiares es superior a la de las no familiares. De las compañías familiares analizadas en 2015, el 77% seguía operando en 2024, frente al 73,1% de las no familiares. Las causas más comunes de desaparición son: extinción, que representa el 65,6% en el caso de las familiares (por encima del 44,2% en las no familiares); fusiones o adquisiciones, menos frecuentes entre familiares (28,1% frente a 54,2%); y escisiones, significativamente más comunes en las empresas familiares (6,3% frente a 1,6%).
En términos de rentabilidad financiera, las empresas familiares muestran mejores resultados que las no familiares, una diferencia que se mantiene constante independientemente del tamaño, antigüedad o estructura de propiedad. Esta ventaja es más acusada en las empresas familiares jóvenes, aunque tiende a reducirse con el tiempo hasta igualarse con las no familiares.