(El País, 09-10-2025) | Laboral
Los estereotipos de género continúan arraigados en el ámbito laboral, afectando a todos los niveles de las organizaciones, incluso a los puestos de mayor responsabilidad. Lo mismo ocurre con la brecha salarial, que sigue siendo una realidad. Según el informe "Género y liderazgo: Abordando sesgos, oportunidades y cambios", elaborado por el Instituto de Investigación de Capgemini, el 62% de las mujeres directivas españolas afirma haber sufrido discriminación salarial por motivos de género, una cifra superior a la media internacional (53%). Además, cuatro de cada diez hombres en cargos directivos reconocen haber recibido ventajas salariales por el hecho de ser hombres.
Solo el 53% de los ejecutivos y el 46% de las ejecutivas españolas considera que existe equidad retributiva en puestos equivalentes dentro de sus compañías. El estudio también revela que tres de cada cuatro profesionales creen que sus empresas no aprovechan todo el talento disponible para los ascensos. Asimismo, cuatro de cada diez directivas aseguran haber enfrentado prejuicios de género en los procesos de promoción, siete puntos más que la media global. En contraste, casi seis de cada diez hombres admiten haber disfrutado de ventajas al ascender en sus carreras.
El informe, basado en 2.750 encuestas a líderes empresariales de once países (entre ellos España, Alemania, EE. UU., Francia, India y Reino Unido), advierte que los sesgos de género continúan limitando el desarrollo profesional, las oportunidades y la retención del talento. Esto contrasta con la percepción de eficacia: el 83% de los hombres y el 71% de las mujeres considera que ambos géneros son igualmente competentes en liderazgo, lo que muestra una mejora en la autoconfianza de las directivas.
Sin embargo, en lo que respecta a las habilidades tecnológicas, los estereotipos vuelven a aparecer. Aunque el 70% de los líderes considera que la inteligencia artificial (IA) es clave para ocupar puestos de responsabilidad, muchos ejecutivos siguen asociando la tecnología, la innovación y la agilidad con rasgos masculinos, lo que podría ampliar la brecha de género y frenar el progreso profesional. Solo el 46% de los directivos globales incluye la IA entre sus fortalezas.
En España, el Instituto de Investigación de Capgemini señala que predomina el liderazgo transformacional (42%), orientado al cambio organizativo, seguido del participativo (15%) y el transaccional (11%). En cambio, el estilo autoritario apenas representa el 2% de los casos.
Aunque el 68% de los directivos cree que contar con mujeres en puestos de liderazgo mejora el rendimiento empresarial -el estudio apunta que las compañías con directoras financieras aumentaron un 6% su valor en bolsa en los seis meses posteriores a su nombramiento-, persisten los sesgos. "Si no se corrigen, la brecha de género seguirá creciendo", advierte Sarika Naik, directora de Responsabilidad Corporativa de Capgemini, quien insta a las empresas a impulsar formaciones y estrategias estructurales que promuevan una cultura de liderazgo inclusiva.
Por su parte, el Gender Monitor 2025 de Esade alerta de una "fatiga" ante las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Según el estudio, un 70% de las 1.500 ejecutivas encuestadas percibe un cansancio generalizado hacia estos temas, atribuido a la politización del discurso, las acciones simbólicas sin impacto real y la brecha entre los mensajes corporativos y las prácticas efectivas.
Las mujeres continúan enfrentando barreras estructurales y culturales que dificultan su acceso a los puestos más altos. Más de cuatro de cada diez directivas afirman no haber notado cambios reales tras la aplicación de los planes de igualdad. Los principales obstáculos señalados son los sesgos inconscientes, los problemas de conciliación y la falta de reconocimiento profesional.
En su día a día, las desigualdades más visibles son la brecha salarial, la escasa visibilidad en el trabajo y las microdesigualdades cotidianas. El 82% de las mujeres considera que los puestos de alta dirección siguen favoreciendo a los hombres. Entre las principales barreras para el ascenso destacan los sesgos inconscientes (27%), las dificultades de conciliación (17%) y la falta de reconocimiento (12%).