(El Economista, 01-10-2024) | Mercantil, civil y administrativo
La integración del mercado único, preservando los valores europeos y promoviendo el crecimiento empresarial e innovación, son algunas de las claves que destacó el ex primer ministro italiano, Mario Draghi, en su informe para mejorar la competitividad de la Unión Europea. Sin embargo, el también expresidente del Banco Central Europeo advierte que el bloque no debe implementar medidas proteccionistas debido a su alta dependencia comercial y defiende la necesidad de renegociar las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
"No podemos construir un muro proteccionista, ni seríamos capaces de hacerlo aunque quisiéramos, porque nos perjudicaría", señaló Draghi en un evento del think tank Bruegel en Bruselas. Añadió que la economía de la UE es más abierta que la de cualquier otra región, con un 50% de su PIB proveniente del comercio, frente al 37% de China y el 27% de Estados Unidos. Esto hace que aplicar medidas similares a las de Washington sería contraproducente para Europa.
En medio de crecientes tensiones geopolíticas, donde la UE busca reducir su dependencia en sectores clave para evitar situaciones como las derivadas del conflicto con Rusia o las disputas con China, Draghi subrayó la importancia de "restaurar el respeto por las normas de la OMC". Para él, es crucial actualizar estas normas en un marco multilateral que permita al bloque seguir siendo competitivo.
Draghi también recordó que la primera violación significativa de las reglas de la OMC ocurrió en 2003 por parte de China, y aunque en ese momento no se hizo nada al respecto por conveniencia económica, la vulnerabilidad de la UE ante prácticas comerciales injustas ha quedado en evidencia.
Según el exmandatario, los países europeos, actuando de manera individual, son demasiado pequeños para competir con potencias como Estados Unidos y China. Por ello, abogó por promover el crecimiento empresarial dentro de un mercado único integrado, lo que fortalecería la productividad y la competitividad de la región.
Para Draghi, la "primera línea de defensa" de la UE no debe centrarse en tarifas o subsidios, sino en el crecimiento y la innovación. Aunque sí reconoció la necesidad de apoyar a la industria de tecnologías limpias europea, que actualmente no está en igualdad de condiciones con China. Destacó además que la dependencia con Pekín no se limita a productos finales o tecnologías, sino que incluye materias primas esenciales. En este sentido, instó a que la UE evite verse atrapada en una situación energética similar a la que sufrió con Rusia.
El informe también enfatiza la importancia de facilitar fusiones empresariales, especialmente en el sector de telecomunicaciones, donde Europa cuenta con 35 grandes operadores y 370 más pequeños, en contraste con los pocos operadores de Estados Unidos y China. Para Draghi, será clave invertir en infraestructuras, especialmente en banda ancha y 5G, y reducir la fragmentación regulatoria en Europa.
Draghi sostiene que las fusiones empresariales deben impulsarse bajo un marco armonizado que equilibre los intereses del consumidor y la competencia. Uno de los puntos más destacados del informe es la necesidad de invertir 800.000 millones de euros anuales para mejorar la competitividad de la UE, cifra que él considera "conservadora" ya que no incluye aspectos como la adaptación climática. En este sentido, insistió en la urgencia de actuar rápidamente: "cuanto antes lo hagamos, mejor".