(Expansión, 17-07-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Los socios comerciales de Estados Unidos han optado en su mayoría por no responder con medidas similares a los aranceles generalizados impuestos por Donald Trump, lo que ha permitido al expresidente -frecuentemente criticado por su tendencia a retractarse- generar casi 50.000 millones de dólares (unos 43.000 millones de euros) adicionales en ingresos aduaneros sin enfrentar grandes consecuencias.
Cuatro meses después de iniciarse la ofensiva arancelaria de Trump, sólo China y Canadá han adoptado represalias tangibles, aplicando un arancel mínimo del 10% sobre productos estadounidenses, así como tasas del 50% sobre acero y aluminio, y del 25% sobre automóviles.
Mientras tanto, los ingresos aduaneros de Estados Unidos alcanzaron un récord histórico de 64.000 millones de dólares en el segundo trimestre, lo que representa un aumento de 47.000 millones respecto al mismo periodo del año anterior, según cifras difundidas por el Departamento del Tesoro estadounidense.
China, que ha sido el país más contundente en aplicar medidas de represalia, no ha logrado un impacto comparable. Sus ingresos por derechos de aduana en mayo de 2025 fueron apenas un 1,9% superiores a los del año anterior. Por su parte, las represalias de Canadá han sido limitadas y aún no se han publicado los datos correspondientes al segundo trimestre.
En términos globales, los aranceles impuestos sobre las exportaciones estadounidenses por parte de otros países han representado solo una pequeña fracción de lo que ha recaudado Estados Unidos en el mismo periodo. Muchos socios comerciales han preferido no contraatacar mientras mantienen conversaciones con Washington para evitar una escalada mayor.
La Unión Europea, uno de los principales bloques comerciales, ha anunciado la posibilidad de adoptar medidas de represalia, pero ha pospuesto su implementación varias veces, ahora supeditándola al resultado de las negociaciones con fecha límite fijada por Trump para el 1 de agosto.
Según analistas de la cadena de suministro, el impacto de los aranceles de Trump no ha recaído exclusivamente en los consumidores estadounidenses. Grandes marcas internacionales han adoptado estrategias para repartir el aumento de costes a nivel global con el fin de mantener su competitividad en el mercado estadounidense.
Simon Geale, vicepresidente ejecutivo de la consultora Proxima (perteneciente a Bain & Company), explica que empresas como Apple, Adidas o Mercedes están tratando de reducir el efecto de los aranceles mediante mejoras en su cadena de suministro y reducción de costes. "Las compañías pueden asumir parte del incremento, pero gran parte del sobrecoste acabará trasladándose a otros mercados. El consumidor estadounidense puede tolerar una subida de precios del 5%, pero no del 20% o el 40%", señala Geale.
A pesar de que los niveles arancelarios en Estados Unidos no se veían tan altos desde la década de 1930, la falta de una reacción contundente por parte del resto del mundo ha evitado una espiral de represalias como la que provocó el colapso del comercio internacional entre las dos guerras mundiales.
De acuerdo con economistas, la posición privilegiada de Estados Unidos como mayor mercado de consumo global, sumada a las amenazas de Trump de incrementar aún más los aranceles a quienes se le enfrenten, ha llevado a muchos países a optar por la prudencia, más por lógica económica que por debilidad.
Un estudio de la consultora Capital Economics muestra que una guerra comercial severa, con aranceles promedio recíprocos del 24%, podría reducir el PIB mundial en un 1,3% en dos años. En cambio, si las tasas se mantienen en torno al 10%, el impacto sería de solo un 0,3%.
Marta Bengoa, catedrática de Economía Internacional en la City University of New York, explica que a diferencia del contexto de los años 30, en el que las relaciones comerciales eran más equilibradas, hoy el sistema global gira en torno a Estados Unidos como eje principal. "Eso hace que responder con represalias no sea económicamente viable para muchos países, incluso si políticamente pudiera parecer una respuesta adecuada", concluye.