(Expansión, 21-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El problema del apagón se ha convertido en un ejemplo típico de conflicto a la española: todos reconocen que podría repetirse, pero cada parte se dedica a culpar a los demás. Este lunes, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó únicamente una parte de las medidas solicitadas por Red Eléctrica hace unos días, tras detectar "variaciones de tensión" en la red durante las últimas semanas.

Según la resolución, Red Eléctrica -la empresa que gestiona el sistema eléctrico, perteneciente al grupo Redeia- actuó con urgencia, sin margen suficiente para que las medidas pudieran aplicarse de manera efectiva. Además, el expediente señala que las grandes compañías eléctricas, como Iberdrola, Endesa y Naturgy, carecen actualmente de la tecnología necesaria para cumplir con lo solicitado.

En este contexto, cada actor se defiende trasladando la responsabilidad al otro. La CNMC no menciona que Redeia lleva dos años reclamando medidas para evitar este tipo de fallos, aunque hasta ahora no había pedido que se adoptaran con urgencia. Por su parte, las eléctricas, que culparon a Redeia del apagón del pasado 28 de abril, admiten ahora no disponer de sistemas tecnológicos que eviten este tipo de incidentes. Según la CNMC, las alteraciones anómalas de tensión comenzaron a registrarse a mediados de septiembre, aunque las medidas para prevenir nuevos apagones se han aprobado un mes más tarde, y solo parcialmente.

En su resolución, la CNMC detalla: "Con fecha de 29 de septiembre de 2025, el operador del sistema [Red Eléctrica] comunicó la detección en las dos semanas anteriores [mediados de agosto] de variaciones de tensión en el sistema eléctrico peninsular, originadas probablemente por cambios bruscos de programa, con posible impacto en la seguridad del suministro" (expediente DCOOR/DE/008/25).

¿Y qué medidas se han planteado exactamente? Redeia propuso modificar el procedimiento operativo del sistema eléctrico 7.4 (PO 7.4), con el fin de obligar a todas las instalaciones convencionales -centrales nucleares, de gas o hidráulicas- a estar disponibles de manera automática cuando se las necesite. Estas plantas pueden generar energía de forma constante y también absorber el exceso de electricidad en caso de sobretensión, algo que las energías renovables aún no pueden hacer y que, de hecho, está en el origen de muchas de las fluctuaciones detectadas.

En la práctica, la medida implicaba intervenir unas 200 centrales para mantenerlas operativas al margen del mercado. Sin embargo, la CNMC ha optado por no aprobar esta propuesta y ha aprobado, en su lugar, otras acciones que suponen un nuevo revés para Redeia, profundizando el enfrentamiento entre ambas entidades. Ahora, la gestora de la red deberá ofrecer más información detallada sobre su programa de operación -uno de los puntos que las eléctricas habían criticado-.

Las nuevas medidas se aplicarán inicialmente durante 30 días, prorrogables hasta un máximo de tres meses, y deberán ir acompañadas de "un plan de trabajo para desarrollar acciones adicionales". Aun así, ninguna de las partes ha aclarado si los problemas de tensión en la red eléctrica persisten o se han resuelto.

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