(El Economista, 02-12-2025) | Fiscal

Cataluña ha alcanzado un nuevo máximo histórico en la recaudación del impuesto de Sucesiones y Donaciones, superando por primera vez los 1.000 millones de euros. En 2024 ingresó 1.111 millones, un 16% más que el año anterior y más del cuádruple de los 313 millones registrados hace diez años. Este crecimiento sostenido del tributo en la última década la ha distanciado notablemente del resto de comunidades. Comparada con regiones de tamaño similar, como Madrid y Andalucía, Cataluña recauda una cantidad muy superior: Madrid obtuvo 546 millones en 2024 y Andalucía 231 millones, según datos de la Agencia Tributaria.

En conjunto, las comunidades autónomas ingresaron el año pasado 3.130 millones por este impuesto, un 2% más interanual. Solo Cataluña concentra ya el 35% de toda la recaudación nacional por herencias y donaciones. Aunque la comunidad ofrece deducciones para transmisiones entre familiares directos, sus bonificaciones son considerablemente más bajas que las de otras autonomías. El REAF, del Consejo General de Economistas, identifica a Cataluña como una de las regiones donde resulta más caro heredar. Por ejemplo, un hijo que reciba una herencia de 800.000 euros (incluyendo una vivienda de 200.000) pagaría 44.569 euros en Cataluña, frente a 1.586 en Madrid y nada en Andalucía.

No obstante, este mismo heredero pagaría aún más en Asturias (103.000 euros) y en Aragón (55.466 euros), quedando Cataluña como la tercera región más gravosa. El impuesto se ha convertido en un debate político: mientras que los gobiernos autonómicos de derecha lo suprimen o lo bonifican casi por completo, los ejecutivos de izquierda lo mantienen.

Las comunidades que aplican la mayor presión fiscal sobre sucesiones son Asturias, Cataluña, Castilla-La Mancha y Navarra -todas gobernadas por el PSOE-, además de Aragón, dirigida por el PP pero con intención declarada de eliminarlo. Por el contrario, la mayoría de regiones tienen el tributo prácticamente anulado, con bonificaciones del 99% o el 100%. Entre las que lo han derogado recientemente figuran la Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias, cuyos ingresos han caído de forma notable en 2024 tras su supresión.

El año pasado se registraron 54.866 renuncias a herencias, un 2,3% menos que el ejercicio anterior. La razón principal suele ser que el patrimonio heredado está acompañado de deudas superiores al valor de los bienes, y solo en casos excepcionales la causa es la carga fiscal. Andalucía, Cataluña y Madrid encabezan las renuncias, en línea con su población: 10.889, 9.672 y 5.687 respectivamente.

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