(El Economista, 24-02-2025) | Fiscal

La Comisión Europea ha creado una nueva categoría empresarial denominada "mediana capitalización pequeña", con el objetivo de diferenciar a estas compañías de las grandes empresas y las pymes. Esta clasificación, establecida a través de la Directiva Ómnibus, permitirá que las empresas incluidas en ella puedan beneficiarse de exenciones y simplificaciones normativas, reduciendo su carga administrativa y mejorando su competitividad.

Para ser consideradas dentro de esta categoría, las empresas deberán cumplir ciertos criterios: contar con una plantilla de entre 250 y 1.500 empleados, generar una facturación inferior a 1.500 millones de euros y tener un balance total menor a 2.000 millones de euros. Gracias a este nuevo marco regulador, estas compañías podrán operar con menos restricciones burocráticas, lo que les facilitará enfocarse en su crecimiento y desarrollo.

Una de las principales ventajas para estas empresas será la reducción de la regulación estricta a la que actualmente están sujetas las grandes corporaciones. Con esta flexibilización, se espera impulsar su crecimiento y expansión. Además, tendrán un acceso más favorable a financiación y apoyo económico a través de entidades como el Fondo Europeo de Inversiones (FEI) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

La iniciativa busca reducir la burocracia y facilitar el acceso al financiamiento para potenciar la competitividad de estas empresas en el mercado. No obstante, aunque se aliviarán cargas administrativas, seguirán estando obligadas a cumplir con normativas de sostenibilidad, aunque de manera más adaptada a su tamaño y recursos.

La Comisión Europea pretende disminuir al menos un 25% la carga administrativa para todas las empresas y un 35% en el caso de las pymes. También busca garantizar que las compañías tengan acceso a los recursos financieros necesarios para impulsar la innovación. Se estima que una mayor integración del mercado de capitales podría proporcionar hasta 470.000 millones de euros adicionales en financiación.

Dentro del paquete de medidas de simplificación, la Comisión revisará la Directiva de Información Corporativa sobre Sostenibilidad (CSRD) para hacer más eficiente la presentación de informes, eliminando duplicidades y garantizando la coherencia normativa. Asimismo, la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Empresarial será ajustada para evitar sobrecargas burocráticas, especialmente en las pequeñas empresas. También se optimizarán los procesos administrativos relacionados con la Taxonomía, asegurando su implementación sin afectar la transparencia.

En el marco de la Brújula de Competitividad, la UE busca fomentar el uso de nuevas tecnologías y fortalecer la adaptación a una economía en constante evolución. Iniciativas como la Unión de Habilidades tienen como objetivo mejorar la capacitación de los trabajadores, asegurando que las políticas europeas y nacionales trabajen en conjunto para promover la innovación y la competitividad.

Estas medidas se complementan con estrategias en áreas como la competencia, la seguridad energética y la investigación. A través de la Estrategia Horizontal para el Mercado Único, se modernizará el marco regulatorio, eliminando barreras y evitando la creación de nuevas restricciones dentro de la UE. Además, se agilizarán los procesos normativos para hacerlos más accesibles, especialmente para pymes y startups.

La UE también ha desarrollado un marco estable para el avance de tecnologías digitales mediante normativas como la Ley de Datos, la Ley de Gobernanza de Datos, la Ley de Ciberresiliencia y la Ley de Inteligencia Artificial. Asimismo, la propuesta de Régimen Jurídico n.º 28 simplificará normativas en áreas clave como el Derecho de Sociedades, la legislación fiscal y laboral, así como la regulación de insolvencias, reduciendo los costes asociados a posibles fracasos empresariales.

Gracias a este conjunto de reformas, las empresas innovadoras podrán operar bajo un marco normativo unificado en toda la UE, lo que facilitará sus inversiones y expansión dentro del mercado único. La Comisión Europea está abordando la brecha de innovación con un enfoque integral que incluye apoyo a startups, adopción de nuevas tecnologías, simplificación de normativas y mejoras en la financiación.

Según el informe Draghi, la competitividad europea debe fortalecerse mediante tres pilares fundamentales: Cierre de la brecha de innovación: Mejorar la capacidad de la UE para generar y adoptar nuevas tecnologías, apoyando tanto a startups como a grandes empresas. Se priorizará el desarrollo de sectores estratégicos como la computación cuántica, biotecnología, robótica y tecnologías espaciales.

Estrategia conjunta de descarbonización y competitividad: Garantizar que la transición hacia una economía baja en carbono no afecte la competitividad industrial, asegurando acceso a energía asequible y planes de acción para sectores con alto consumo energético.

Fortalecimiento de la seguridad y reducción de dependencias: Disminuir la vulnerabilidad de la UE en sectores clave como materias primas y energía, diversificando las cadenas de suministro y fomentando acuerdos comerciales sostenibles.

La Brújula de Competitividad establece un marco de acción para convertir estos objetivos en realidad, impulsando medidas en cinco áreas clave: simplificación administrativa, reducción de barreras en el mercado único, financiación para el crecimiento, desarrollo de talento y empleos de calidad, y mejor coordinación de políticas a nivel europeo y nacional. Con estas iniciativas, la UE busca reforzar su posición en la economía global, fomentando la innovación y el crecimiento sostenible.

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