(Cinco Días, 13-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo

La Comisión Europea ha perdido la paciencia con los Estados miembros que, aunque proclaman su apoyo al mercado único, ponen obstáculos cuando llega el momento de concretar las medidas. Por ello, la comisaria de Servicios Financieros, Maria Luíz Albuquerque, ha lanzado una advertencia clara: "Haremos todo lo necesario para garantizar la existencia de un verdadero mercado único de servicios financieros". En el caso de España, ya ha pasado a la acción abriendo en julio un expediente por las trabas a la opa del BBVA sobre el Sabadell. En cuanto a Italia, Albuquerque no ha descartado hacerlo también tras el veto a la fusión entre Unicredit y BPM. "Si todos defienden la unión de ahorro e inversión, deben ser coherentes y apoyar las medidas que la hagan posible. De lo contrario, las palabras pierden valor", afirmó.

La comisaria relaciona estas operaciones -la del BBVA-Sabadell y la de Unicredit-BPM- con los proyectos de integración bancaria y de mercado de capitales que la Unión Europea considera esenciales para mejorar su competitividad. En la misma línea se expresó esta semana la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, quien reclamó menos discursos y más acción: "Basta de retórica sobre cómo reforzar la competitividad; ya sabemos qué hay que hacer. Es hora de actuar", dijo, pidiendo incluso la creación de un "zar del mercado único" con poder real para impulsar las reformas necesarias.

Sin embargo, el mensaje de Albuquerque apunta en otra dirección: no hace falta un nuevo cargo, sino voluntad política por parte de los gobiernos nacionales. Y si esta no existe, la Comisión está dispuesta a abrir procedimientos de infracción contra los países que obstaculicen la integración, siempre que sus decisiones vulneren las normas comunitarias. "Las acciones que impiden la creación de un mercado único de servicios financieros son motivo de seria preocupación. Contradicen los objetivos de la unión de ahorro e inversión que todos los Estados miembros han respaldado. Por tanto, si algo se interpone en nuestro camino, utilizaremos todas las herramientas disponibles", advirtió.

Estas herramientas son principalmente los procedimientos de infracción por incumplimiento o mala aplicación de las directivas y reglamentos europeos. Si el país afectado no logra convencer con argumentos jurídicos o no rectifica, el caso puede llegar al Tribunal de Justicia de la UE e implicar multas. Esto es precisamente lo que ha ocurrido con España, tras utilizar normas que endurecían las condiciones de la fusión del BBVA y el Sabadell, lo que motivó el expediente de la Comisión en julio.

En el caso de Italia, podría repetirse el mismo escenario por la operación de Unicredit para adquirir BPM. El Gobierno italiano invocó la llamada "Golden Rule", una ley que le permite vetar fusiones y adquisiciones empresariales, según adelantó Reuters. Ante las preguntas al respecto, Albuquerque respondió de forma tajante: "No comentaré decisiones hipotéticas, pero haremos lo que sea necesario para asegurar un mercado único de servicios financieros".

Además, hay otro proceso en marcha con Unicredit como protagonista: su posible compra de Commerzbank, el segundo banco alemán, operación que pondrá a prueba la voluntad política de Berlín. Tanto el actual Ejecutivo del conservador Friedrich Merz como el anterior, liderado por el socialdemócrata Olaf Scholz, ya han manifestado su oposición.

Albuquerque, exministra de Finanzas de Portugal, no se limitará a estos casos. También ha anunciado que propondrá una reforma del sistema de supervisión bursátil europeo. "A principios de diciembre abordaremos la integración y supervisión del mercado. Queremos garantizar una supervisión única en Europa, que no significa necesariamente un único supervisor", explicó.

Esa distinción busca tranquilizar a los países pequeños, que suelen mostrarse reacios a una centralización excesiva por temor a perder negocio financiero y jurídico asociado a sus centros de control. Es el caso de Luxemburgo, cuya economía depende en gran parte del sector financiero y que teme que la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), con sede en París, gane demasiado poder. "Una mayor centralización no liberará fondos adicionales para la economía europea; supondrá costes y tardará tiempo en implementarse", advirtió el ministro de Finanzas luxemburgués, Gilles Roth.

La respuesta de Albuquerque llegó un día después: "Una supervisión única garantiza que las mismas normas se apliquen de forma coherente y armonizada en toda la UE. Estamos trabajando para conseguirlo. Sí, propondré que algunas competencias se centralicen, mientras que en otros ámbitos mejoraremos el uso de los mecanismos existentes. Todo estará listo antes de fin de año".

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