(El Economista, 16-06-2025) | Laboral

Desde la pandemia, las empresas españolas vienen alertando de la dificultad para encontrar profesionales cualificados que puedan cubrir las vacantes disponibles. Aunque este problema se concentra en sectores concretos, el número de puestos sin cubrir no ha crecido de forma significativa y sigue siendo inferior al de otros países europeos, motivo por el cual el Ministerio de Trabajo no le ha otorgado gran relevancia. Sin embargo, la Comisión Europea advierte que esta situación representa una amenaza para la competitividad de la economía española y puede frenar su crecimiento.

Según datos extraídos de una encuesta realizada por la consultora PwC al tejido empresarial, Bruselas estima que la falta de trabajadores cualificados supone una pérdida anual equivalente al 1,3% del PIB. Con los datos de 2024 del INE, esta proporción representa unos 20.710 millones de euros que el sector privado deja de generar debido a que sus planes de expansión se ven limitados por la escasez de talento. La Comisión, presidida por Ursula von der Leyen, señala como causa principal la desconexión entre las competencias que poseen los desempleados y las que requiere el mercado laboral.

Este desajuste, advierte la Comisión, puede afectar directamente a los objetivos relacionados con las transiciones ecológica y digital. Según el último informe país publicado hace una semana, en 2022 los empleos vinculados al ámbito verde y a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) presentaron un 52% y un 212% más de vacantes por trabajador, respectivamente, en comparación con la media general. Este dato evidencia la persistente falta de profesionales formados en estos ámbitos, lo cual podría ralentizar el avance hacia una economía más sostenible y digitalizada.

A esta situación se suman los retos en sectores muy golpeados por el envejecimiento de la población, como la agricultura, la industria y los servicios sanitarios, estos últimos con una demanda creciente en los últimos años. El turismo también se enfrenta a serias dificultades para contratar personal, en parte por factores como las condiciones laborales y la temporalidad de los contratos. Asimismo, las administraciones públicas tienen complicaciones para reemplazar a los funcionarios que se jubilan. En 2024, la tasa de vacantes en este ámbito aumentó un 3,4%, y el Ministerio de Función Pública tiene previsto lanzar en julio una convocatoria histórica de empleo público.

La Comisión Europea también recoge en su análisis los estudios del Banco de España sobre la falta de cobertura de vacantes. En su informe anual más reciente, la entidad dirigida por José Luis Escrivá señala que parte de este problema se debe a la etapa expansiva del ciclo económico. En estas fases, más empresas generan nuevos empleos, pero al mismo tiempo aumenta el salario mínimo que los desempleados están dispuestos a aceptar. Este fenómeno impacta especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que tienen más dificultades para competir en términos salariales y atraer talento adecuado.

Otro factor que agrava el problema es el aumento de las bajas por incapacidad temporal. Según el Banco de España, este fenómeno puede estar relacionado con un empeoramiento en el estado de salud percibido por los trabajadores y con la presión que sufre el mercado laboral.

Además, el problema de las vacantes se concentra en unas pocas regiones, lo que dificulta su solución. Algunas de estas zonas, como Madrid, Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana, enfrentan también problemas relacionados con el alto coste de la vivienda. De hecho, tres de cada cinco vacantes se encuentran en estas comunidades. Todo esto ocurre mientras la tasa de desempleo en España sigue siendo elevada, con un 11,36% en el primer trimestre del año.

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