(El País, 01-10-2024) | Fiscal
La pandemia de la covid-19 y la posterior crisis inflacionaria llevaron a muchos gobiernos a implementar medidas fiscales de alivio para reducir el impacto en hogares y empresas. Sin embargo, según el informe anual de la OCDE sobre reformas fiscales, ese ciclo de reducciones ha llegado a su fin. El informe, que analiza las políticas fiscales de 90 países, entre ellos España, muestra un cambio en la tendencia hacia un aumento de impuestos, particularmente en el ámbito empresarial y del consumo, y un incremento de las cotizaciones sociales.
En 2023, se observó un giro en la política fiscal global. Durante los años anteriores, muchos países optaron por recortes impositivos para mitigar los efectos de la crisis, con reducciones temporales en impuestos como el IRPF, el IVA y el impuesto de sociedades. España, por ejemplo, redujo el IRPF para las rentas más bajas y bajó el IVA de productos básicos, al tiempo que aumentó las cotizaciones sociales.
No obstante, desde el año pasado, esta tendencia se ha revertido. El informe señala que hay una desaceleración en la reducción de impuestos observada durante la pandemia y la crisis inflacionaria. En su lugar, se ha incrementado el uso de medidas que amplían la base impositiva y suben las tasas en diferentes categorías fiscales.
Uno de los cambios más notables se ha dado en el impuesto sobre sociedades, que había experimentado una disminución constante desde el año 2000, pasando del 28,2% al 20% en 2022. Sin embargo, en 2023 esta tendencia cambió, y la tasa promedio subió al 21,1%. Aunque este aumento no fue uniforme, algunos países relevantes lo implementaron. Además, otros países, como los Emiratos Árabes Unidos y Barbados, que no tenían impuesto sobre sociedades, lo introdujeron en respuesta a la presión internacional para combatir la evasión fiscal.
En el ámbito de las cotizaciones sociales, muchos países han incrementado estas aportaciones debido al envejecimiento de la población, que demanda mayores recursos para los sistemas de protección social. La OCDE apunta que hay una tendencia creciente a ampliar y aumentar estas cotizaciones para asegurar la sostenibilidad de estos sistemas.
El informe también destaca un aumento en la progresividad del IRPF en varios países. En respuesta a la inflación y el aumento del coste de vida, muchas jurisdicciones han reformado sus sistemas fiscales para reducir la carga sobre los hogares de ingresos bajos y medios, al tiempo que aumentan las tasas para las rentas más altas. Las presiones sobre los ingresos también impulsaron a muchos gobiernos a reducir los impuestos sobre la energía en 2022, tras la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, algunos países han aumentado el impuesto al carbono en 2023 para apoyar la transición hacia una economía verde.
España ha seguido estas tendencias globales. Ha prorrogado la reducción del IVA en electricidad y gas hasta junio de 2024 para aliviar el coste energético en los hogares, y ha aplicado un IVA reducido en alimentos básicos. Sin embargo, algunas de estas medidas comenzarán a revertirse desde octubre. Además, el país ha implementado un nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) para aumentar las cotizaciones sociales con el fin de asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones frente al envejecimiento de la población. También se han creado incentivos fiscales para promover la compra de vehículos eléctricos y la instalación de estaciones de recarga.
En cuanto al IRPF, España aumentó las deducciones para las rentas del trabajo y las desgravaciones por alquiler, y subió ligeramente los impuestos a las rentas del ahorro y el capital para aquellos con ingresos superiores a 200.000 euros anuales. Además, se ha implementado un impuesto mínimo del 15% sobre sociedades, y se crearon nuevos impuestos para gravar los beneficios extraordinarios de bancos y energéticas, que se han beneficiado de la subida de precios.