(El Economista, 12-11-2025) | Laboral
Una cifra muy parecida a la registrada en los mismos meses de 2019 y 2021 refleja que, aunque los empleos estables han aumentado de forma notable, este avance se ha visto compensado por una mayor rotación tanto en los contratos temporales como en los indefinidos, especialmente entre los fijos discontinuos. A punto de cumplirse cuatro años desde la entrada en vigor de la reforma laboral, y a la espera del informe del grupo de expertos nombrado por el Ministerio de Trabajo, los sindicatos y la patronal para evaluar sus efectos, los datos confirman que la medida no ha logrado corregir una de las principales debilidades del mercado laboral español: la elevada rotación en el empleo.
En octubre se registraron 2,34 millones de altas y 2,92 millones de bajas en el Régimen General de la Seguridad Social. Con 23 días laborables, esto equivale a una media diaria de 101.078 altas y 99.656 bajas, según los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social. En conjunto, suman una rotación diaria del 1,15% del total de afiliados. Aunque el porcentaje pueda parecer pequeño, hay que tener en cuenta que se trata de movimientos diarios.
Comparando estas cifras con las de años previos a la reforma, la volatilidad del empleo en septiembre se mantiene prácticamente igual que en 2019 y 2021, aunque algo más moderada que en 2017 y 2018, cuando se registraban unas 220.000 altas y bajas diarias. Aquellos fueron años de fuerte creación de empleo tras la crisis financiera, lo que explica una rotación más elevada, impulsada por el gran peso de los contratos temporales.
Sin embargo, las comparaciones varían mucho según el mes analizado. Por ejemplo, en septiembre de 2025 se alcanzaron 252.000 altas y bajas, la segunda cifra más alta desde 2009, solo superada por la de septiembre de 2019.
Este comportamiento es coherente con un mercado laboral que sigue creciendo, pero sigue dominado por la estacionalidad y la temporalidad. Lo que sí ha cambiado desde la pandemia es el tipo de empleo afectado por esta rotación. Antes de la reforma, la mayor parte de los movimientos correspondían a contratos temporales; ahora, los indefinidos representan una proporción mucho mayor.
En 2019, los indefinidos apenas suponían el 13% de las rotaciones. En octubre de este año alcanzaron el 49% (99.463 movimientos), superando por primera vez a los temporales, que representaron el 47% (96.181). Dentro de los indefinidos, las altas y bajas de los contratos ordinarios pasaron del 8% al 20%, y las de los fijos discontinuos del 5% al 29%.
Estos datos indican que los nuevos contratos indefinidos creados tras la reforma son más inestables. En el caso de los fijos discontinuos, esto se debe a la naturaleza de su empleo, ligado a la estacionalidad, que obliga a los trabajadores a pasar periodos sin actividad, sin salario ni cotización, hasta ser llamados de nuevo por la empresa. De hecho, la segunda causa más frecuente de baja en la afiliación, tras la finalización de un contrato temporal, y la principal entre los indefinidos, es precisamente el paso a la inactividad.
En cuanto a los indefinidos ordinarios, la causa de su mayor rotación es más difícil de determinar, ya que la Seguridad Social no especifica los motivos de baja según el tipo de contrato fijo. La razón más común suele ser la dimisión voluntaria, aunque parte de estos casos podrían corresponder a fijos discontinuos que no se reincorporan al ser llamados. En segundo lugar están los despidos, que incluyen los ceses por no superar el periodo de prueba, y que han aumentado un 138% respecto a los niveles anteriores a la reforma.
Para analizar la evolución real de la volatilidad no basta con observar los valores absolutos, sino que conviene recurrir a la tasa de volatilidad diaria, que en octubre fue del 1,15%. Esta cifra refleja una ligera mejora respecto a los años previos a la reforma, con una reducción de dos décimas, y casi cinco respecto a 2017 y 2018, lo que ofrece una lectura algo más favorable del impacto de la norma.
No obstante, esta aparente mejora puede explicarse por un efecto de composición: el aumento de los contratos indefinidos reduce la tasa general de movimientos. Al analizar los datos por tipo de contrato, se observan diferencias claras. La tasa de volatilidad diaria de los indefinidos ordinarios ha pasado del 0,18% en 2019 al 0,32% en septiembre de 2025, un incremento pequeño pero relevante, especialmente concentrado en los trabajadores con menos antigüedad.
Aunque la mayoría de estos empleados goza de mayor estabilidad que el promedio, su nivel de rotación ya es similar al de los trabajadores incluidos en la categoría "otros" (que engloba a funcionarios, interinos y personal eventual de las administraciones), con una tasa del 0,31%. Por su parte, la tasa de los contratos temporales ha subido del 3,9% al 4,5%, mientras que la de los fijos discontinuos ha pasado del 2% al 5%. Esto demuestra que los empleos vinculados a actividades estacionales o eventuales presentan ahora una mayor rotación incluso después de la reforma laboral.