(Expansión, 12-11-2025) | Laboral
El informe Igualitarismo salarial y empobrecimiento económico del Instituto Juan de Mariana (IJM) sostiene que la pérdida de poder adquisitivo de las clases media y trabajadora ha provocado que la diferencia entre el salario mínimo interprofesional (SMI) y el salario más habitual se haya reducido drásticamente, pasando del 40% al 3%. Según este análisis, el incremento del SMI ha contribuido a "aplanar" la estructura salarial desde abajo.
El estudio subraya que la distancia entre el SMI y el salario modal, que antes superaba los 8.000 euros anuales, ha caído hasta poco más de 400 euros. Esta reducción coincide con las subidas del SMI impulsadas por el actual Gobierno, que han llevado este indicador desde cerca de 10.000 euros reales al año hasta aproximadamente 13.370, un aumento del 26%.
Mientras el SMI avanzaba, el salario más frecuente ha retrocedido desde 2018, pasando de casi 18.000 euros anuales en términos reales a unos 13.800 en 2023. Según los autores del informe, Diego Sánchez de la Cruz y Fernando Pinto, esto hace que la diferencia entre el salario mínimo y el más habitual, que en 2018 era de 6.800 euros, prácticamente haya desaparecido.
Los responsables del estudio afirman que esta convergencia no refleja una mejora en la prosperidad general ni una mejor remuneración de los trabajadores con rentas bajas, sino una pérdida de poder adquisitivo del centro de la distribución salarial.
Entre 2018 y 2023, el SMI creció un 26% en términos reales, mientras que el salario modal cayó de casi 16.000 a menos de 14.000 euros. Esto ha hecho que la brecha entre ambos conceptos se reduzca de más de 8.000 euros a poco más de 400, pasando del 40% al 3%.
El IJM sostiene que los sueldos de la parte central de la escala salarial se han estancado por la combinación de baja productividad, inflación alta y débil crecimiento económico, mientras que el salario mínimo ha aumentado de forma acelerada mediante sucesivas decisiones gubernamentales.
El informe también afirma que la subida del SMI ha provocado destrucción de empleo y exclusión del mercado laboral. Según sus estimaciones, la subida de 2019 habría eliminado hasta 174.000 puestos de trabajo, y el impacto acumulado entre 2019 y 2023 rondaría los 210.000, pudiendo alcanzar 270.000 en 2024. La patronal Cepyme, citada en el documento, calcula que las pequeñas empresas han dejado de crear unos 350.000 empleos hasta 2025 por el incremento del salario mínimo.
Los autores consideran que estas políticas han comprimido la estructura salarial desde la base y advierten de que España figura entre los países de la OCDE con peor evolución salarial en las últimas décadas. A su juicio, las subidas intensivas del SMI han contribuido a una "igualdad en la precariedad", con salarios cada vez más concentrados en la parte baja, productividad estancada y un aumento del gasto asistencial.
También señalan que el acercamiento entre el salario modal y el mínimo reduce los incentivos a mejorar profesionalmente, a formarse o a asumir mayores responsabilidades, lo que frena la movilidad social y fomenta tanto la economía sumergida como el empleo precario. Según el informe, la única vía sostenible para mejorar los salarios pasa por aumentar la productividad y la competencia, no por decisiones políticas que convierten al SMI en un "límite que empobrece".
El documento recuerda que el SMI ha aumentado un 32% en términos reales entre 2009 y 2023, con un 26% de ese incremento producido desde 2018. Para los autores, el discurso gubernamental que justifica estas subidas únicamente en la "justicia social" ignora sus efectos negativos. Afirman que cuanto más se incrementa el SMI, menos progresan los salarios del resto de trabajadores y más se acentúa la tendencia hacia una igualación por la parte baja.
Asimismo, critican que el Ejecutivo atribuya una reducción del paro que, según el informe, no responde a la realidad, ya que la reclasificación de trabajadores fijos discontinuos como ocupados explicaría gran parte de la mejora estadística. Los autores califican esta práctica de "maquillaje de cifras". La consecuencia de estas políticas concluye el informe, es que el salario más común en España se sitúa ya prácticamente al nivel del salario mínimo, reduciendo una diferencia que antes alcanzaba el 40% y que ahora ronda el 3%.