(Expansión, 02-12-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La crisis de la vivienda se ha convertido en un asunto que, desde hace meses, preocupa a toda Europa. Los desafíos son similares en las zonas más tensionadas y las instituciones comunitarias buscan acuerdos y soluciones que permitan a los Estados miembros afrontar el problema.
Ayer, durante la reunión del Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores -en la que participaron los ministros de Vivienda- los países de la UE expusieron sus demandas. En Bruselas, los responsables políticos reclamaron financiación y fondos europeos para combatir esta situación, además de poner el foco en cómo aumentar la oferta mediante nuevos incentivos a la construcción, sin renunciar a los objetivos medioambientales y de inclusión social.
Según explicó Sophie Hæstorp Andersen, ministra danesa de Asuntos Sociales y Vivienda, la Unión Europea pide a la Comisión que presente un plan amplio de vivienda asequible que dé prioridad a la financiación, la edificación sostenible, la planificación urbana y la integración social, siempre respetando las particularidades de cada país miembro.
Esta declaración constituye una señal política dirigida a la Comisión Europea, que el próximo 16 de diciembre presentará su Plan de Vivienda Asequible, con propuestas legislativas destinadas a aliviar un problema que genera un fuerte malestar entre los ciudadanos. Aunque Hungría bloqueó el consenso unánime en el Consejo, fuentes diplomáticas citadas por EXPANSIÓN sostienen que el respaldo de 26 países debería bastar para que la Comisión actúe en consecuencia.
Desde 2015, los precios de la vivienda en la UE han subido de media un 60%, con aumentos superiores al 200% en algunos países. En ese mismo periodo, los salarios han crecido apenas un 20%, lo que ha mermado la capacidad de las familias para comprar una vivienda, mientras que el alquiler continúa encareciéndose.
Pese a que los ministros insistieron en que la política de vivienda sigue siendo competencia nacional, también coincidieron en que la Comisión puede reforzar los esfuerzos de los distintos niveles de gobierno facilitando el acceso a financiación comunitaria.
España ha sido uno de los principales impulsores de este debate dentro de la UE. La ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, fue más allá de la petición conjunta de financiación y reclamó un plan europeo específico para la vivienda, dotado de recursos ambiciosos.
Rodríguez defendió que el modelo a seguir debe ser el Next Generation EU, un paquete excepcional de fondos que ayudó a los países más afectados por la pandemia mediante subvenciones y préstamos destinados a la transición ecológica y digital. En su opinión, un uso adecuado de los recursos europeos podría servir para crear un verdadero parque público de vivienda y garantizar su protección a largo plazo.
La ministra destacó que esta labor requiere la implicación de todas las administraciones -ayuntamientos, comunidades autónomas y el Gobierno de España-, pero también de las instituciones europeas, que deben ofrecer una respuesta a una crisis de alcance global.
Además de pedir fondos, Rodríguez reclamó modificaciones normativas que permitan un mayor grado de intervención en el mercado, especialmente en las zonas tensionadas. Varios países buscan bases legales para poder introducir excepciones a las reglas de libre mercado de la UE, sobre todo respecto a la compra de viviendas por parte de inversores extranjeros o al alquiler turístico de corta duración.
La ministra subrayó que España quiere atraer inversión en vivienda, pero no con fines especulativos. Hizo un llamamiento a promotores e inversores sociales para que apuesten por construir vivienda asequible, asegurando que contarán con apoyo público en forma de ayudas y financiación.